"No me van las sutilezas ni tampoco las indirectas. Será la falta de inteligencia emocional. Si algo me molesta, lo digo. Y como muestra pongo la falsedad que me remueve por dentro y me revuelve.
Por eso he decidido poner punto y final a esta grotesca obra de teatro donde la falsedad es la protagonista. No quiero más mensajes preguntando qué tal estoy porque no creo ni quiero que te importe. No quiero más llamadas para escuchar una tontería detrás de otra porque, sinceramente, no me interesan. No quiero más paranoias. Aunque no lo creas los demás también tenemos vidas con sus cosas mejores o peores. Y aunque tampoco lo creas, nuestras vidas no giran en torno a la tuya. Ay, ese ego... No quiero más apariencias de ser súper amigas, las más íntimas del lugar. No va conmigo. He aguantado suficiente. Demasiado dirían algunos.
Quiero escribir el último acto porque tú encarnas el papel de falsedad a la perfección. Y no aguanto a ese tipo de personas que te clavan una puñalada tras otra y vienen con una sonrisa de oreja a oreja. Tampoco aguanto las mentiras que inventas sobre mí y mucho menos tu sentimiento de culpa porque "sientes que estás traicionando a una amiga". Creeme si te digo que el concepto que tú tienes de amistad es muy diferente al mío. Cuanta los verdaderos amigos que tienes y mira los que yo tengo. Ahí verás una de las diferencias.
Como ya he dicho, no me van las sutilezas así que esto es una directa y clara declaración de intenciones. Si te das por aludida, ¡enhorabuena!. Será por algo ¿no crees?. Pero no te preocupes porque habrá tiempo de decirlo a la cara. Al fin y al cabo a mí la venganza como mejor me sabes es fría y en bandeja de plata".
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