miércoles, 13 de enero de 2010

"Hacemos el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás"

Otro año más que pasa. Otro balance más. Esta vez no quiero huir de los tópicos porque 2009 más que nunca ha tenido sus cosas buenas y sus cosas malas. Supongo que esto lo dice el 99% de las personas y, por lo tanto, no me hace distinta pero es lo que hay. Algunos terminamos el año mejor de lo que empezamos. Otros, quizás, peor pero no creo 2010 sea más negro que el año que dejamos atrás. Lo último que se pierde es la esperanza… No reflexionaré más de lo que ya he hecho y menos porque la gente me lo sugiera cegada por el veneno. Quizás estos 365 que estrenamos pongan a cada uno en su lugar. Ojalá. No nos pillará por sorpresa amigos porque nosotros hace tiempo que ocupamos el lugar correcto. El de los vencedores.

Los malos recuerdos, los momentos más aciagos, los tropezones o los bajones suelen pesar más que los buenos instantes y lo cierto es que no sé por qué pero es así. El año que hoy nos deja empezó con buen pie y reconforta echar la vista atrás y rememorar aquellos días. Pero nunca 365 días pueden ser igual de buenos. Nos hemos topado con jornadas oscuras que intentaron mermar nuestros ánimos. Hemos cometido muchos errores y en nuestra mano está enmendarlos en 2010. O no. Cada cual puede hacer lo que desee.

Este año se han roto muchas cosas: Personas, planes, ilusiones, vidas compartidas y, por desgracia, amigos. Hemos dejado a muchas amistades por el camino a lo largo de 365 días. Unas pérdidas han dolido más que otras y han mermado los ánimos. Otras nos han venido bien para que se nos cayese la venda que cegaba nuestros ojos. Hubo tiempo para reavivar amistades que se habían enfriado por un viento gélido y oscuro. Pero todo no ha sido negativo, hemos ampliado nuestras fronteras y ahora tenemos nuevos personajes con lo que compartir cafés y confidencias. Bendito mes el de marzo que nos dio la oportunidad de conocer nuevos horizontes de la mano de personas increíbles. Se agradece también las circunstancias de acciones ajenas que nos hizo sentarnos un día, mirarnos a la cara y preguntarnos ¿qué estamos haciendo? Y después de eso fundirnos en un abrazo cargado de un sentimiento llamado amistad. Gracias a la vida por darnos ese regalo que nos merecíamos.Supongo que habremos aprendido algo de estas pérdidas y adquisiciones. Bueno o malo. Nos han dado muchos bofetones, algunas personas se los han llevado todos en el mismo carrillo, pero seguimos en pie. Además hemos recibido abrazos sinceros y cálidos; gestos de apoyo, una mirada sincera que nos dice ‘estamos aquí pase lo que pase’. Siempre sonriendo porque la vida, como dicen Rubén y Leiva, son dos días y tres cafés.

El año 2009 se va marcado por la licenciatura de cientos de periodistas. Algunos seguimos buscándonos la vida, otros disfrutan de un empleo mejor o peor, los hay que nos hemos metido en un máster o que se han dado cuenta que el periodismo no es lo suyo… Que genial fue aquel 20 de junio que se vio complementado, en mi caso, por unas prácticas que me dieron la vida y reafirmaron mis ganas de vivir el deporte cada día desde la tribuna de prensa.Las fiestas también han tenido su huequecito. Desde las noches de verano en un Madrid desierto hasta la playa de Gandía pasando por aquellas noches en casa de Natalia o las que vivimos en tierras griegas a bordo de un barco de ‘súper lujo’… Llegó septiembre y las FIESTAS con mayúsculas. Unas más para el saco de recuerdos. Y quizás las últimas, 2010 viene cargado de sorpresas. Recuerdo nuestro paso fugaz por Zaragoza en Pilares, vosotros hicisteis grandes esos días. Ahora estamos inmersos en un máster que cada día nos sorprende un poco más sin olvidar que un dúa fuimos ‘Rácanos y aventureros’, algo que irá siempre a nuestra vera.

Pero todo esto no tendría sentido si no tuviese a gente a mi lado a la que poder contárselo. Es verdad que vamos a recordar 2009 porque hemos tenido momentos en los que lo hemos pasado francamente mal pero, sinceramente, yo lo guardaré en mi baúl con una etiqueta en la que ponga “Gracias a mis amigos superé un año complejo”. O al menos lo intentaré porque las ganas de viajar al pasado con una goma de borrar para poder eliminar momentos, actos o sentimientos son fuertes… También recordaré el noveno año del siglo XXI porque aprendí a sonreír y ser fuerte cuando nuestros enemigos intentaron abatirnos y porque, por primera vez, me he arrepentido de un error que cada día me pesa más. Algo para no contar a mis nietos si es que llegan algún día.
Espero que entremos en 2010 con una actitud. Unidos. Porque las adversidades crean lazos imposibles de romper. Seguiremos a nuestra manera pero siempre con la vista al frente y la cabeza alta. Lo que nos tenga preparado, bienvenido sea. Resistiremos porque preferimos morir de pie que vivir arrodillados como bien dijo Ernesto Che Guevara.

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