Dicen que existe un Dios. Y que éste es justo. Los golpes que nos da la vida, para bien o para mal, nos hacen pararnos, hacer un alto en el camino y darnos un tiempo para pensar, para reflexionar.
Desconozco si ese Dios que espera para juzgarnoa y en el que las distintas religiones basan su inquebrantable fe es justo en esta vida, en la siguiente o en la que ya tuvimos. No sé si existe o no... Suelo creer en las que cosas tangibles, en lo que nos permite experimentar y sentir... Saquen sus propias conclusiones. Pero, sin ningún temor ni duda, puedo afirmar que ese Dios ha perdido la noción de lo que es justicia por lo que me inclino a pensar que probablemente en aquello que nos tiene guardado (ya sea una vida nueva, una reencarnación, un paraíso o algo parecido al Purgatorio) sí que lo será. Si no fuese así, no he entendido las normas del juego...
Y es entonces cuando me pregunto si en aquel lugar justicia será lo mismo que venganza. Si lo miramos fríamente, creemos que aquellas personas vacías de sentimientos cuyo único fin es hacer el mal (probablemente estén enfermas y ni ellas mismas lo sepan) serán castigadas por ello en el siguiente capítulo. Esperamos que todos sus actos cargados de veneno sean resarcidos. ¿No es eso venganza? Efectivamente... ¡Qué paradoja! Ese supuesto Dios de la religión que ustedes quieran sucumbe ante la venganza, la cual alcanza casi el mismo nivel de castigo que cualquiera de los siete pecados capitales...
Permítanme, entonces, que me limite a creer en mí, en mi familia y en todos los que me rodean. Por lo menos sé de qué pie cojean...
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