No sabía si su último cartucho serviría para salvar algo que se deshacía igual que lo hace el azúcar en una taza de café caliente pero lo intentó apelando a un lema que se sigue escuchando en los recreos de todos los colegios cuando alguien pierde: Lo importante es participar.
Cargó a sus espaldas con todo el peso y con toda la culpa de aquel destrozo. Era la última ronda para Lady Drama y no se le quedó cara de pez sino de póquer. Desubicada y sin capacidad para pensar. Salió a la calle a caminar. Sin rumbo fijo y como objetivo final, olvidar.
Le pidió perdón sin saber qué había hecho mal. Sin conocer las razones por las que le suplicaba su lástima y su redención. Creyó que esa era su última baza y no le importó perder su dignidad y la poca cordura que le quedaba. Igual que Ana imaginó que fue culpa de su prisa que la hizo salirse más de una vez, ya se sabe, los excesos y las ganas de correr. Tuvieron algo y eso la hizo tenerse en pie, mil historias, algo en lo que creer.
O quizás el problema fue que ella jugaba una ruleta rusa continua. Sus rivales el riesgo, la autodestrucción. Permanentemente a punto de rebasar el límite, rozando la perdición. Siempre con prisa por algo, siempre a contrarreloj, siempre planeando un cambio que nunca llegaba. Siempre sin frenos como Margot. No sabe dónde están sus poderes ni su fuerza de convicción. Tampoco qué hará con ella la gente ahora que él ya no está. No pudo seguir con su rueda, ella siempre puesta hasta la bandera… Comenzó a montar la fiesta sola en su habitación.
Pero a pesar de tener más noches que la luna, de poner a la peña de pie, de ser más viciosa que ninguna y a la vez tan difícil de coger probó fortuna con héroes de barrio y con él también. Y eso que muchos dudaron que fuese a volver… Quizás esto ha caído en el olvido más profundo de su ser, no recuerda que la estrella de los tejados le eligió a él… Y de esto nunca habló igual que tampoco lo hicieron los diarios de Lady Madrid.
Ahora no hay consuelo para Lady Drama que ha retrocedido. Un remolino gira en su mirada desbordaba de alcohol. No entiende qué es lo que pasa. Se largó haciendo eses y no volvió en cinco meses…
Relato autobiográfico? Me encanta!!
ResponderEliminarMore less... Pereza y Quique González me ayudaron a mejorarlo... =)
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